sábado, 2 de julio de 2011
LULA DA SILVA
De origen muy pobre a la presidencia de una nación. Lula se convirtió en una promesa para muchos desde 2003, año en que ganó la presidencia proclamando la llegada de una "nueva era" a Brasil. Quién es este hombre que con su triunfo se convirtió en un cambio de modalidad, no sólo para el Brasil sino también para toda Latinoamérica.
La pobreza como mandato
En 1952, con su madre y sus hermanos viajaron durante trece días en un camión atestado para Guarujá -en el litoral paulista-. En 1956 finalmente se instalaron en la capital de San Pablo, donde Lula, a los 12 años, comenzó a trabajar como limpiabotas y luego como ayudante en una tintorería. A los 14 años consiguió un puesto en una metalúrgica, donde trabajaba doce horas diarias. De igual forma se hizo de tiempo para realizar un curso de tornero mecánico del Servicio Nacional de Industria, que culminó en 1963.
A los 22 años se casó con Maria de Lourdes, una operaria textil, quien a los dos años quedó embarazada, pero ella y su bebé murieron durante el parto. Luego tuvo una hija, Lurian, con la enfermera Miriam Cordeiro, y en 1974 conoció a su actual esposa, Marisa Leticia, viuda y madre de un niño, con quien ha tenido tres hijos más.
Un cambio de mentalidad
En 1975 y 1978 fue elegido presidente del sindicato metalúrgico y lideró varias huelgas que aceleraron el final de la dictadura. En abril de 1980 encabezó un paro de 41 días en el que participaron 270 mil trabajadores paulistas y por el cual fue arrestado durante un mes. El 10 de febrero de ese mismo año, junto a otros sindicalistas, intelectuales y académicos, lanzó el manifiesto que fundaba el Partido dos Trabalhadores (PT), en medio de un renacimiento del debate político en la sociedad.
Lula y su partido se consolidaron como fuerza política. En 1983 fue uno de los fundadores de la Central única de Trabajadores (CUT). En enero de 1985, un colegio electoral designó a Tancredo Neves como el primer presidente civil de Brasil en 21 años, quien murió antes de tomar posesión. Asumió en su reemplazo José Sarney. En 1986 Lula se convirtió en diputado e integró la Asamblea Constituyente que restableció la votación libre y directa del presidente.
Las primeras elecciones se realizaron en 1989 y Lula obtuvo el segundo lugar, detrás de Fernando Collor de Mello, que ganó con el 53%, y que luego de un escándalo de corrupción renunció en diciembre de 1992. Su mandato fue completado por Itamar Franco, en cuya gestión, como ministro de Hacienda, Fernando Henrique Cardoso puso en marcha el Plan Real que terminó con la inflación crónica de Brasil.
En octubre de 1994 Lula se presentó por segunda vez como candidato a presidente y volvió a perder. Ganó Fernando Henrique Cardoso, del Partido da Social Democracia Brasileira, por, entre otras cuestiones, su éxito en el combate de la inflación. El PT obtuvo sin embargo dos gobernadores, cuatro senadores, 50 diputados federales y 92 estaduales.
Lula compitió nuevamente por la presidencia en 1998 y consiguió el 32% de los votos. Cardoso fue reelecto pero el PT conquistó tres estados. En las elecciones del año 2000 el PT ganó en más de 180 ciudades, abriendo paso a lo que se convirtió, dos años después, en un giro histórico para la política del país.
Luego de las derrotas, el triunfo
Asumió la presidencia de Brasil en 2003, tras ganar las elecciones con el mayor número de votos de la historia democrática brasileña (52,4 millones de votos) alcanzando el 61% de los mismos. El 24 de octubre de 2003 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.
Antes de su triunfo, Lula advirtió a todos que no estaba dispuesto a perder una cuarta elección. Así que puso en marcha una estrategia electoral totalmente renovada. En principio, realizó un notable cambio de imagen: pasó al traje y a la corbata, al cabello y a la barba con un aspecto más cuidado, además de cambiar el modo de cómo decía las cosas, haciendo que la sonrisa comience a habitar su rostro. Los asesores lograron mostrar una imagen del candidato más relajada, como esposo y padre afectuoso, capaz de exteriorizar sentimientos.
A pesar de su cambio de imagen mantuvo lo esencial del discurso crítico de izquierdas, pero suavizó el tono. Aseguró a los empresarios locales y a los operadores financieros que no había motivos para temer al PT en el poder, ya que los principios del libre mercado no se cuestionaban, al igual que algunos procedimientos de estabilización económica aplicados por Cardoso, como la lucha contra la inflación y la colocación del real en el régimen de cambios variables.
Luego de confirmarse su victoria, festejada por muchos seguidores en São Paulo y otras ciudades, Lula proclamó la llegada de una "nueva era" a Brasil y convocó "a todos los brasileños, a empresarios, sindicalistas e intelectuales, para construir una sociedad más justa, fraterna y solidaria". Anunció la formación de un gobierno de coalición abierto a los mejores y un pacto nacional contra la pobreza, la corrupción y la inflación.
En el Gobierno que formó Lula se destacaron las presencias de Ciro Gomes como ministro de Integración Nacional, Celos Amorim como titular de Exteriores (cargo que ya había ocupado en el Gobierno de Itamar Franco) y el cantante Gilberto Gil como responsable de Cultura.
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