(Atlanta, 15 de enero de 1929 – Memphis, 4 de abril de 1968) fue un pastor estadounidense de la iglesia bautista que desarrolló una labor crucial en Estados Unidos al frente del Movimiento por los derechos civiles para los afroamericanos y que, además, participó como activista en numerosas protestas contra la Guerra de Vietnam y la pobreza en general.
Por esa actividad encaminada a terminar con el apartheid estadounidense y la discriminación racial a través de medios no violentos, fue condecorado con el Premio Nobel de la Paz en 1964. Cuatro años después, en una época en que su labor se había orientado especialmente hacia la oposición a la guerra y la lucha contra la pobreza, fue asesinado en Memphis, cuando se preparaba para liderar una manifestación.
El éxito de su liderazgo se basó en la simpatía que adquirió al defender la raza afroamericana, la trasmisión de sus mensajes por medios masivos de comunicación y su personalidad atrayente que se puede asociar al principio de escasez, donde no se planteaban ideas de ese tipo para defender los derechos de una minoría que lo valoró de acuerdo a su capacidad para enfrentar la realidad y confrontarla con el raciocinio y la libertad individual que los derechos humanos proclaman para cada persona.
Su espíritu visionario lo encaminó a protestar mediante actos no violentos, contrario a lo que se acostumbró en aquellos años por lo que él y sus seguidores fueron aplacados represivamente por espacio de casi un año hasta que el boicot terminó gracias a una decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos del 13 de noviembre de 1956 que declaró ilegal la segregación en los autobuses, restaurantes, escuelas y otros lugares públicos.
El discurso más memorable de este gran líder lo puedes ver acá:
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